lunes, 29 de diciembre de 2014

Ciega...



Dejándome guíar por el tacto 
de la piel envuelta en manta,
bajo el frío invierno
que mora en la casa.

Vago y divago
a través de la mente inquieta,
que tan sólo puede
repetirse: "piensa, piensa".

Y de tanto pensar,
dejo la manta caer,
deslizándose a cámara lenta,
alimentando el sueño
de unas manos placenteras
ausentes de mi vera,
ausentes de esta ciega,
que no puede dejar de ver
que, aun la piensas.

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