lunes, 5 de octubre de 2015

Bailando un Vals...


    Decidida, cogí el coche. Nunca volvería... nunca mis ojos sufrirían más, esas pesadillas, antes consentidas por el fondo de mi alma, temerosa de romper el camino recorrido. Recorrido con comienzo mágicamente destruido, con engaños, sueños incumplidos, látigos amenazantes... con o sin palabras.
    Decidida, cogí el coche. Sin posesiones, sin maletas llenas, más que de energía renovada, oxigenada. Determinante suerte la mía, poder empezar con la esperanza, la sinceridad y la confianza, mirando hacia adelante.

    
    Avanzo por el camino serpenteante hacia mi nuevo destino, curvas entre árboles que hacen que infle los pulmones de felicidad a cada metro que progreso, que mi cara dibuje por fin la sonrisa perdida, porque siento desde hace mucho tiempo, que lograré la satisfacción plena.
    Los animales se acercan a mi paso, no huyen, me invitan a continuar con su mirada... Me siento Princesa entre la naturaleza, y me dispongo a cantar y a silbar... Y me viene a la mente una melodía que hace que el camino me invite a bailar un vals...

    No importa que muera en este momento, atrapada entre los hierros del coche, porque me siento feliz, bailando el vals hacia la libertad.

Llegué a mi destino, entre las nubes, me quedo...

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